GRACIAS

jueves, 20 de octubre de 2011

Buscando respuesta a una pregunta



Escribo estas palabras no por mera casualidad, ni coincidencias del destino. Me encuentro en un punto donde intentar avanzar se ha vuelto muy duro (muchos intentos seguidos de fracasos desmoralizan y minan la resistencia del más fuerte). Mediante algo tan sencillo como observar las pruebas y ver mis nefastos resultados, creo que el nivel de bochorno al que me siento sometido por mi conciencia es tal que no tengo palabras para describirlo.

No tengo claro si seré yo quien pueda con mi objetivo o pasará justo lo contrario. Mis presagios no son un destello fugaz de un asteroide cruzando mi firmamento, sino las conclusiones a tantos años de lucha en la que el final no lo alcanzo a ver. Tengo la sensación de ser un lastre para todo lo que me rodea: novia, familia y todos aquellos que esperan algo de mí (aunque por mucho que lo desee se resiste a llegar).

En este momento, tan grande es la ola que veo que se me viene encima, que mis temores hacen que me entre el pánico, y más que lograr progresos lo que adquiero son episodios de ansiedad. Dicha situación es tan inquietante para mí, que en ocasiones pienso que la persona que vea mi cara estará viendo mi propio funeral.

No todos los días es sencillo levantarse y ver todo de color blanco o gris, aunque se consigue la mayoría de las veces. El problema reside en aquellos momentos, donde todo se ve tan negro que uno piensa que la solución pasa por eliminarse de la ecuación y dar por resuelto el problema. Pero como todo en esta vida, por principio de acción y reacción, los llamados "daños colaterales" serían devastadores, además de ser la decisión cobarde ante el desafío que se me presenta. Lo que más cuesta, y tras tantos años de sacrificio, es aguantar y seguir hacia la meta, pero el tramo final lo veo tan lleno de espinas que tengo miedo: a fracasar, a hundirme en mi propia miseria, a perder tantos años de lucha por algo que en su momento me llenaba de ilusión, y que todavía queda en algún rinconcito pero le cuesta manifestarse en un entorno tan hostil.

La pregunta que me ronda la mente una y otra vez es sencilla pero de gran complejidad como para responderla de forma frívola o a la ligera: ¿qué tengo que hacer?

La búsqueda de una o varias respuesta que se complementasen no acaban de ayudar, y sigo dando palos de ciego con menos fuerzas a cada minuto que pasa, pues el tiempo es un factor que juega mucho y además en mi contra. Conociendo de forma clara cual es el destino que quiero alcanzar, mis fantasmas hacen que me disperse y que el grado de concentración no sea el adecuado, lo que trabaja y mucho en contra de mis objetivos.

Para nada es nuevo este problema, ya manifestado en otras ocasiones, pero tengo la sensación de que esta cuerda cada vez está más tensa, y reconozco que siento pavor por lo que pueda ocurrir si rompe, pues sería como un látigo que puede destruir por donde pasa por toda la energía acumulada (no me refiero a ir contra nadie, sino el daño que puedan causar las acciones que se desaten tras un episodio tan extremo).

Poco o nada más que decir tengo. Necesitaba liberarlo y tratar de buscar ayuda antes de naufragar, aunque sólo de mí depende saber nadar en la dirección correcta (o dejarme engullir y que mi vida deje de tener sentido tras tanto tiempo derrochado para no lograr nada). Pocas personas entienden y comprenden lo que estas palabras significan de verdad.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Cuando todo pasa por tirar de la anilla

Tiempos tenebrosos, llenos de mentira e hipocresía. 

Política de humo y economía de papel mojado.

Manipulación y corrupción en un mundo de miserias.

 Frases como estas podrían llenar las paredes de ciudades, las conversaciones insulsas en las que los temas más estúpidos roban la materia gris de las mentes, que se dejan llevar por los que mueven los hilos para su propio interés y beneficio. Un mundo donde todo es pestilente y que sólo muestra signos de decadencia, pocas alternativas quedan o quizás... ninguna.

La solución reside en tirar de la anilla y reventar con todo. Un modelo socioeconómico que se tambalea sin rumbo, personas que no se paran a pensar más allá de sus problemas más cercanos y millones de errantes que en un mundo de incertidumbre no sabe que sino le espera. Estallar algo caduco, marchito, que no sirve más que para contagiar lo poco o casi nada que todavía permanece a flote y trata de no sucumbir en las oscuras aguas de la ciénaga donde habitamos.

Porque ha llegado el momento y la hora de despertar a los que se dejaron mecer por la mano todopoderosa de unos intereses más bien oscuros y perversos. Para que este sea el punto y aparte de una civilización que todavía puede, si quiere, cambiar el rumbo de la historia y redactar nuevas frases llenas de vida, alegría, esperanza y optimismo. En un mundo donde todos somos iguales y distintos, tolerantes pero exigentes, porque nuestros derechos acaban donde empiezan los de los demás. Y los deberes, ese gran olvidado, están para hacerse y lograr así las metas que la gran mayoría deseamos, por mucho que les pueda doler a aquellos que han exprimido el planeta, las personas y todos los recursos.
Hora de pensar que cuando todo está perdido, una hoja en blanco espera para ser redactada. Entre todos podemos, debemos y si queremos, construiremos un mudo mejor. Porque juntos es posible.

Tiempo de cambios en un mundo revuelto.

jueves, 6 de octubre de 2011