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jueves, 7 de febrero de 2013

Mi papá es el Padre del Siglo



Ha empujado a su hijo discapacitado 85 veces, y en un sólo día realizó 26.2 millas empujando la silla de ruedas, 2.4 millas en un bote nadando y pedaleando 112 millas.

Dick también lo llevó a hacer esquí de fondo, cargándolo en su espalda para escalar la montaña, o a través de los EE.UU. en una bicicleta.
 
Lo que ha hecho Rick a su padre: salvar su vida.

Esta historia de amor comenzó hace 43 años
en Winchester, Massachusetts. En el parto fue estrangulado por el cordón umbilical, dañando su cerebro e incapacitándole para controlar sus extremidades.

"Será un vegetal el resto de su vida", dijeron los médicos a Dick y a su esposa, Judy, cuando Rick tenía nueve meses de edad, a lo que añadieron: "Llévenlo a una institución". Pero Hoyts no se lo creyó: los ojos de Rick les seguían por la habitación. 

Cuando cumplió 11 años lo llevaron al departamento de ingeniería en la Universidad Tufts y preguntaron si había algo para ayudar al niño a comunicarse. "De ninguna manera", le dijeron, "No hay nada pasando en su cerebro". "Dile una broma", replicó Dick. Ellos lo hicieron y Rick se rió. Estaban equivocados: había mucha actividad en su cerebro.

Gracias a un equipo que le permitía controlar el cursor al tocar un interruptor con el lateral de la cabeza, Rick finalmente pudo comunicarse. Las primeras palabras fueron "Ir Bruins!".  

Después de que un compañero de clase quedase paralítico en un accidente, la escuela organizó una carrera de caridad para él. Rick exaltó: "Papá, yo quiero hacer eso".
 
''Sí, claro''. Su padre, que nunca corriera más de una milla, lo empujaría cinco, y lo intentó. "Entonces era yo el que estaba en desventaja", dice Dick. "Yo estuve dolorido dos semanas."

Ese día cambió la vida de Rick. "Papá", escribió, "cuando estábamos corriendo, parecía como que yo ya no era un discapacitado más."


Y esa frase cambió la vida de Dick. Se obsesionó con dar a Rick ese sentimiento tan a menudo como pudiese. Se metió en esa dura tarea, de forma que él y Rick estaban dispuestos a intentar realizar el Maratón de Boston en 1979.

"De ninguna manera," le dijo un oficial de la carrera. Los Hoyts no eran sólo un corredor. Durante años se unieron a la esfera masiva, corriendo de todos modos, y al fin dieron con el modo de entrar en la carrera oficial: en 1983 corrieron el maratón muy rápido, clasificándose para la del año siguiente.

Entonces alguien dijo: "Oye, Dick, ¿por qué no un triatlón?"
 
No aprendiera a nadar, ni había montado en bicicleta desde que tenía seis años, pero iba a tirar de su niño de 110 libras a través de un triatlón, y lo intentó.

Ahora han hecho 212 triatlones, incluyendo cuatro agotadoras de 15 horas Ironman en Hawai.


Le plantearon correr sólo por su cuenta, pero respondió: "De ninguna manera". Es "la sensación impresionante" cuando consigue ver a Rick sonriendo de como corren, nadan y andan juntos la que le impulsa.
 
Con 65 y 43 años, Dick y Rick terminaron su 24º Maratón de Boston en el puesto 5.083, con una participación de  más de 20.000 titulares. Su mejor tiempo: 2 horas y 40 minutos en 1992, a sólo 35 minutos del récord mundial. Al no llevar un registro de estas cosas, podría pasar desapercibido un hombre que estaba empujando a otro hombre, en una silla de ruedas a la vez.

"No hay duda al respecto", dice Rick. "Mi papá es el Padre del Siglo".

Y Dick obtuvo algo más de todo esto también. Hace unos años tuvo un leve ataque al corazón durante una carrera. Los médicos encontraron que una de sus arterias estaba obstruída al 95%. 

"Si no hubieras estado en tan buena forma", le comentó un médico, "probablemente habrías muerto hace 15 años. Así que, de alguna manera, Dick y Rick se salvaron la vida del otro.
 
Rick tiene su propio apartamento y trabaja en Boston, y Dick, retirado del ejército, aunque vive en Holanda siempre encuentra la manera de poder estar juntos. Dan discursos en todo el país y compiten en algunas carreras, en esos fines de semana agotadores.
 
Una noche, siendo el Día del Padre, Rick le compra la cena a papá, pero sueña con regalarle algo que nunca podrá comprar. "Lo que me gustaría", dijó Rick, "es que mi papá este sentado en la silla y yo lo empujo una vez."

En la vida se puede ir más allá de los dramas creados por las personas, rodeado de gente que te hace reír, olvidar lo malo y pensar sólo en lo bueno. Muestra lo mejor de tí a quienes te tratan bien, y busca el lado positivo de quienes no lo hacen. 

La vida es demasiado corta para ser cualquier cosa menos feliz. Caer es parte de la vida, pero vuelve a levantarte y sigue adelante.

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