Estamos en un momento donde la sociedad, las personas, la
naturaleza, y en general todo aquello que nos envuelve, rodea y forma
parte de nuestro día a día ha perdido parte de la energía vital con la
que ha sido creada en su origen. Es por ello que muchas de las
'enfermedades' que sufrimos hoy en día vienen derivadas del
estancamiento de un fluir que durante centenares de siglos y milenios ha
sido como el respirar, algo tan natural y continuo, que ha mantenido el
equilibrio dentro del todo del cual que formamos parte.
Pero
por intereses políticos, religiosos, sociales o estratégicos, se ha ido
corrompiendo algo tan grande y a la vez sencillo: un gran sistema que
no deja de ser como una máquina llena de engranajes. Muchas ruedas que
debieran girar al son y permitir el avanzar, pero se han oxidado porque
unos pocos no quieren que se mantenga engrasada, sino un chirriar
constante que favorece a los bolsillo de empresarios, miembros de altas
esferas de la curia religiosa, políticos y manos en la sombra (y otros
tantos que desconozco, porque saben esconderse demasiado bien).
Por
todo esto he llegado a una reflexión que es humilde pero de gran calado
y contenido. Dejemos que la energía que llevamos dentro pueda fluir
entre nosotros, libremente y sin trabas, favoreciendo una renovación y
un nuevo despertar o regeneración de la charca de agua quieta y que nos
contamina. Un proverbio reza que debiéramos ser como el agua, flexibles o
contundentes, según como se necesite y el momento lo requiera.
Si
los ciclos fluyen, la situación que vivimos experimentará cambios muy
positivos para todos, porque somos iguales y la humildad debe ser la
premisa fundamental para no dejarse arrastrar por deseos o tentaciones
de poder, riqueza o superioridad. La naturaleza es un sistema vivo donde
la energía gira en ciclos donde los flujos energéticos son ascendentes y
descendentes, llegando a todas partes.
Seamos un mínimo
de inteligentes y aprendamos que hasta el más infravalorado en la
sociedad pueda aportar un grano de arena, que dentro del movimiento
llegará a la cima de la montaña y generará cambios importantes, que
favorecerán a todos los eslavones, tarde más o menos tiempo, pero que
será imparable.
Nuestra es la decisión, las actitudes y
los pasos para lograr que todo fluya o siga estancado. Yo tengo claro mi
opción y es ayudar a continuar el flujo que todo lo renueva.
Muchas gracias a todos por leer mis reflexiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario